ME ACOMPAÑA LA TRISTEZA
Te acostumbras y de golpe
un día sin ningún aviso previo,
miras atrás
y ves que han pasado días,
semanas, meses,
y esa sensación sea convertido
en sentimiento,
está profundamente interiorizada
en tu cuerpo,
tiene la capacidad
de teñir todo lo que acabas mirando.
El exterior de tu ser
va acompañado siempre de
ese pellizco a la altura del estomago,
reduciendo de manera drástica
tu forma de respirar.
Y te acostumbras a que
te falte lo más esencial, el aire.
Ella te lo substituye en
su visión más cruel, mas dolorosa.
Paraliza el empuje de las ganas
de disfrutar del nuevo día
que se levantó contigo,
con un sol radiante invitándote a todo.
Tu, querida tristeza, que me acompañas
en la visión de mi mundo.
Déjame libre para continuar,
aunque sea equivocándome de camino.
EDU
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